viernes, 7 de febrero de 2014

En muchos sentidos, el desafío espiritual de "esperar" para transformarse en una persona diferente aporta más al mundo que financiar un nuevo hospital. Esto puede resultar difícil de entender. No estamos acostumbrados a valorar lo que no podemos ver, y no podemos ver el poder que emite una psique sana. Así, aquellas personas cuyo trabajo es "esperar para hacerse" suelen considerarse inútiles.
Pero "esperar para hacerse" es el sentido simbólico de ser "llamado a ordenarse", es decir, permitir que lo Divino despierte esa parte del espíritu que contiene la esencia de lo que la persona es capaz de aportar a los demás y a sí misma.

Caroline Myss (Anatomía del Espíritu).




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