viernes, 7 de febrero de 2014

BAILAMOS DE VERDAD

Muchos de nosotros, en nuestras relaciones, nos hemos acostumbrado a ver al otro como alguien que nos hace algo dañino a propósito o nos acosa con demandas que no podemos satisfacer. Esto nos pone a la defensiva y nos dificulta ver el dolor y la lucha del otro. Sin embargo, el hecho de ver ese dolor y los temores de nuestro compañero es lo que nos da otra dimensión. Salimos de nuestras trincheras hacia un espacio sin culpas ni reclamos, donde podemos sentir compasión y evaluar con más realismo el modo en que podemos estar juntos respetando simultáneamente nuestras respectivas necesidades de distancia y poder.
¿Demasiado pedir? ¿No hay esperanza entonces?
No, no es así necesariamente. Será difícil y doloroso por momentos, pero no imposible y vale la pena intentarlo. Puesto que finalmente, "ver y 
ser visto, saberse reconocido y sentirse querido por otro" es lo que hace la vida y la muerte más fáciles.
No estamos en esta danza para mantenernos eternamente "buscando y siendo buscados". A pesar de nuestros temores, todos estamos hambrientos de intimidad, la requerimos con más frecuencia y deseamos ser capaces de permanecer cerca del otro más tiempo. Los papeles de BUSCADOR Y BUSCADO no desaparecerán, pero podemos arriesgarnos a jugar el papel menos conocido y sentirnos más cómodos y menos destructivos si nos alternamos. Seguiremos sintiendo nuestras necesidades de distancia y poder en nuestras relaciones, pero podemos aprender a satisfacer estas necesidades de maneras más gratificantes para nosotros y más aceptables para nuestra pareja.
Finalmente, es este deseo de trabajar sobre nuestras relaciones, arriesgarnos, ser honestos y vulnerables lo que puede transformar un aburrido PASO DE A DOS en un BAILE que devuelva la alegría y el sentido a nuestras relaciones y a nuestras vidas.

Eileen MacCann/Douglas Shannon (De a dos).



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